Artículos - LOS PILARES DEL WING CHUN CLÁSICO

Asociación Española de Wing Chun Clásico

En su forma clásica (que quiere decir transmitido de un sifu legítimo a otro, sin modificaciones), se considera que el Wing Chun es un estilo extraordinariamente efectivo porque se apoya en los siguientes tres pilares:

El primer pilar del Wing Chun Clásico es el de su linaje clásico, que implica no desviarse ni un ápice de sus teorías y principios básicos. Esta obstinada adhesión al clasicismo es una garantía para el alumno de que lo que está aprendiendo no es significativamente diferente de lo que la monja Ng Mui le impartió a su primer estudiante. Ciertamente, se podría argumentar que esta obstinación dificulta cualquier mejora del sistema que, de otro modo, podría haber ocurrido; sin embargo, un sistema que no está “roto” no necesita arreglarse. Además, la eficacia del Wing Chun Clásico está ampliamente apoyada por el hecho de que genera, consistentemente, luchadores muy efectivos.

El segundo pilar sobre el que descansa el Wing Chun Clásico es su abordaje introspectivo. Así pues, en vez de enfatizar y centrarse en sus puntos fuertes, el Wing Chun Clásico, de forma absolutamente única, se centra en sus debilidades, en un esfuerzo constante por minimizarlas. Se podría, también, decir que el sistema mira hacia dentro de sí mismo, en vez de externamente respecto a como podría, por ejemplo, compararse con otros estilos. El Wing Chun Clásico ha alcanzado tal grado de perfección que incluso un puñetazo de KO no se efectuaría si supone exponerse excesivamente al oponente. En resumidas cuentas, el Wing Chun Clásico nunca deja de preguntarse por qué, y jamás pasa por alto una posibilidad táctica.

El tercer y último pilar del Wing Chun reside en su realismo. El mundo de la lucha es infinito, variado e impredecible, tal y como son, de hecho, los propios luchadores. Entender esta impredictibilidad de la lucha ha ayudado al Wing Chun Clásico a la hora de generar un sistema que enfatiza la sensibilidad en la reacción, es decir, un estilo en el que un determinado estímulo no genera una respuesta fija. El Wing Chun Clásico es uno de los pocos sistemas de lucha que no ha quedado atrapado por el deporte de la lucha, las competiciones de katas, o el cajón de sastre de la espiritualidad. El Wing Chun Clásico no ha perdido de vista la idea original de generar un luchador maduro con un control efectivo de sus habilidades físicas y emocionales. Lo que existe fuera de la realidad no es del interés del practicante de Wing Chun Clásico, ya que es mejor dedicar al tiempo a aprender lo que funciona en vez de dedicarlo a lo que podría funcionar.

El sistema, sustentado por los tres pilares señalados, es un sistema completo en el sentido de que es ampliamente aplicable a, prácticamente, cualquier situación, ya se trate de peleas en bares, peleas callejeras, contra múltiples oponentes, en superficies resbaladizas o con desniveles, en situaciones de agarre, etc. El objetivo del Wing Chun Clásico es producir un luchador maduro, completo, sin sesgo, que nunca será sorprendido ni perderá en una situación real de lucha.

Dado que el sistema fue creado por una mujer, se podría decir que funciona mejor para el practicante frágil o de escasa estatura. En realidad, esto no es necesariamente cierto en todos los casos, ya que los prácticantes con un físico más desarrollado poseen también ventajas inherentes en fuerza, por ejemplo, y podrían, en teoría, llegar a superar a alumnos de menor tamaño que tuvieran un mismo nivel de desarrollo técnico. Sin embargo, irónicamente, los practicantes de menor tamaño físico suelen tener más coordinación y mayor sensibilidad tactil que los más fuertes, por lo que habitualmente aprenden el estilo más rápidamente que los practicantes de mayor tamaño físico y corpulencia. Por lo tanto, existe en el Wing Chun Clásico una fórmula que equilibra la ecuación: los estudiantes más grandes y fuertes poseen ventajas innatas en fuerza, pero poseen también desventajas innatas en cuanto a velocidad y coordinación, en comparación con los practicantes que poseen un físico de menor tamaño.

Muchos otros estilos requieren un entrenamiento diario constante y tienden a quedarse obsoletos cuando el practicante alcanza una cierta edad, debido a su énfasis en la fuerza y el entrenamiento externo. Sin embargo, la práctica realista del Wing Chun Kung-Fu Clásico proporciona dos ventajas muy evidentes: un mantenimiento técnico muy sencillo y económico, y una alta durabilidad de los atributos técnicos desarrollados. De hecho, un practicante de Wing Chun Clásico bien entrenado necesita sólo 3 horas de entrenamiento semanal para mantener la sensibilidad física que se encuentra en el corazón del sistema. Esto es así porque el Wing Chun Clásico se centra por completo en el trabajo interno, enfatizando el desarrollo de la energía interna, la sensibilidad, el timing, y la propia conciencia, en vez de hacer énfasis en la fortaleza física externa, la fuerza y el desarrollo muscular. Gracias a este enfoque, excepcionalmente inteligente, del Wing Chun Clásico, el Gran Maestro Victor Kan, con más de 70 años, se encuentra en óptimas condiciones de lucha, y enseña Wing Chun Clásico de forma plena.
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